Sobre el “acuerdo” de la cúpula partidaria en Chile
Por Héctor Testa Ferreira
Santiago
de Chile, 16 de noviembre de 2019
La
disputa constitucional - constituyente no es ni será simétrica y
las posiciones no parten de un plano de igualdad, como parecieran
insinuar las posturas difundidas de los Jaime Bassa o Fernando Atria,
a mi juicio, con una altísima ingenuidad política o bien una
defensa de la continuidad liberal o neoliberal no reconocida o
asumida como tal.
Porque
si bien el debate constitucional partiría con la "hoja en
blanco", el país y las posiciones en juego, incluyendo el
ordenamiento jurídico, NO parten "en blanco": En lo
político, todos los poderes del Estado están saturados de
Neoliberalismo y poder de las clases dominantes. Y en lo jurídico,
hay una abundante legislación Neoliberal que sigue y seguirá
vigente aún una vez entrada en vigencia la Nueva Constitución, más,
si lo escriturado en ésta tendrá que contar con la venia de las
derechas.
Somos
Nosotros/as quienes queremos y necesitamos escriturar en la
Constitución cosas que comiencen e desmontar el modelo, mientras que
ellos sí se pueden "atrincherar" en esa legislación, en
esas instituciones, y en las correlaciones de poder que les son hoy
ampliamente favorables.
Además,
en la Constitución Sí o Sí deben escriturarse ciertas cosas como
la organización y funcionamiento de los poderes del Estado, entre
ello, los quórums legislativos. Entonces ahí las derechas se
atrincherarán en que la normativa previa no pueda ser modificada o
reemplazada por la vía del quórum simple. ¿Qué pasará ahí y en
otros casos, cuando no se logre por ninguna parte los 2/3? Estaría
bueno que esas posturas digan si es tan favorable o bueno el que no
haya acuerdo de 2/3, por ejemplo, en la determinación de los quórums
legislativos necesarios para modificar y/o reemplazar la abundante
legislación aún vigente heredada de la Dictadura. Habrá ahí
entrampamiento, bloqueo, y muy posiblemente una tensión irresoluble
en el marco de la instancia Constituyente.
Además,
según el acuerdo, el organo encargado de supervisar el proceso ,
será una "Comisión Técnica" que sin duda cumplirá
tareas de enorme relevancia POLÍTICA, como determinar este tipo de
asuntos.
Así,
conceptualmente lo de Atria o Bassa parece ser impecable, pero en la
práctica política concreta, nos lleva y llevará a problemas hoy
incomnensurables, y que probablemente puedan decidirse en un sentido
continuista y antipopular.
Y
es que aquí no estamos hablando sólo de materias "de Derecho
Constitucional", si no que estamos intentando hacer avanzar UN
PROCESO CONSTITUYENTE, es decir, en un conjunto de pasos donde lo
jurídico y lo político se entremezclan, se superponen, en un
conjunto de cuestiones donde ambas dimensiones son difíciles o
imposibles de delimitar y menos aún separar. Por aquello, las
palabras de "expertos constitucionalistas" pueden ser
conceptualmente coherentes, cosas que en abstracto pueden ser
ciertas, pero que en la práctica política concreta de una proceso
como el que estamos impulsando, pueden ser totalmente
contraproducentes y lesivas a los anhelos y demandas Constituyentes y
Refundacionales que pretendemos concretar en una Nueva Constitución.
No
a los dos tercios. No a esa supervigilancia de una "Comisión
Técnica" con una designación totalmente favorable a las
fuerzas de derechas y neoliberales. No a esa normativa de elección
de la instancia Constituyente tan adversa a la vocación de cambio.
No a la aceptación como un "hecho consumado", de un
Acuerdo suscrito a espaldas de las fuerzas movilizadas.