HISTORIA NO OFICIAL. ESCUELA DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO (ex sede Universidad de Chile). FRAGMENTOS.


Manuel de Rivacoba, como jurista y luchador, asumía como propios los combates políticos, incluidos los estudiantiles; ya en 1945, con veinte años de edad, participaba, en Madrid, de la fundación de la clandestina Federación Universitaria Escolar.

En Chile, durante la dictadura militar-empresarial instalada en 1973, no rehuyó ni de su rechazo, ni del respaldo a las batallas locales de sus discípulos.

En tales años, mientras algunos estudiantes de Derecho se reservaban para usufructuar de dicho régimen y de su transfiguración operada desde 1990, otros estudiantes de Derecho y algunos abogados lidiaban contra la tiranía.

Según carta fechada el 7 de octubre de 1988 en Córdoba, España, nos manifestaba su lúcido enfoque sobre el período post plebiscito:”…ahora vendrán las maniobras y concesiones para que ahí no haya pasado nada, cambiar todas las apariencias y quedar todo igual en el fondo… asistidos con habilidad y entusiasmo, y, en ocasiones, con hambre (de puestos, de brillos y de cuanto los puestos y los brillos tren consigo), por otros grupos y corrientes. El pueblo chileno, todos los pueblos, la gente que sufre y que lucha… merecen otro destino, un destino mejor”.

En el año 1983, Manuel –teniendo más que perder que cualquier otro profesor- no sólo aceptó actuar como ministro de fe en elecciones estudiantiles realizadas al margen de la “institucionalidad”dictatorial y que la dirección de la escuela de Derecho, el decanato y rectoría ejecutaba (designaba a los dirigentes del centro de alumnos, por supuesto afines a la dictadura), sino, además, estuvo presente en acciones de protesta nacional.

El martes 14 de junio de dicho año fue intenso. Después de una asamblea y protesta al interior de la escuela, nos trasladamos -junto a estudiantes de Derecho de la Universidad Católica-, al recinto de la Corte de Apelaciones.

Lugar significativo, más cuando, en marzo de ese mismo año 83, había sido detenido por la Central nacional de informaciones, CNI, policía política de Pinochet, un estudiante que cursaba 2º año de la carrera, entonces alumno de Manuel, cuya detención ilícita y tortura no fueron atendidas ni ordenadas cesar por miembros del aparato judicial. Conductas no ajenas al Código penal, aún se conserva copia de recursos de amparo presentados en esa misma Corte.


Abajo, en una de las fotografías, una escena con el lienzo que ese 14 de junio, por algunos instantes, logramos mantener en su escalinata, antes de que carabineros e informantes iniciaran el apaleamiento y las detenciones, fuera y también dentro del mencionado recinto.

Llegaron centenares de estudiantes; también abogados. Durante lo más álgido del apaleo, dentro del edificio, Manuel logró afirmar del brazo a una estudiante –hoy jueza de familia en el norte del país- para que no fuese golpeada.

En estos días, recordando su natalicio (9 de septiembre de 1925), apreciamos la presente opción y actividades de los estudiantes de la escuela, que divisan –y sufren- lo dañoso de la imperante regulación financiera universitaria; asimismo, que rechazan la tentativa legiferante conocida como “proyecto Hinzpeter”, que procura instalar un cuerpo normativo represivo, penal, política y socialmente, que, de aprobarse, afianzará el desajustado régimen imperante.

Hace 29 años, al iniciar una clase de Procesal, don Edgardo López, pasando lista se detenía en el nombre y nos saludaba con un “Aayyy..., sr..., hay golpes que dignifican”.

Hoy saludamos a los estudiantes de Derecho de la Universidad de Valparaíso, que, pese a todo, escriben-dignificándole- la historia no oficial de la escuela que albergó la cátedra de Manuel de Rivacoba durante tres décadas.


Como señaló Jiménez de Asúa, la abogacía es una profesión ética.

Reciban nuestro fraterno saludo.

Valparaíso, septiembre de 2012.

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