CULTURA Y VALORES.
“[…] la cultura, que, expresándolo de manera muy general, consiste en
obrar con arreglo a fines valorados, aprecia, o sea, quiere o prefiere,
determinados objetos, cuya lesión o peligro, por tanto, desestima y sanciona.
Según es sabido, una de las notas que caracterizan a los valores es su
polaridad, la existencia de dos extremos contrapuestos, de plenitud ideal y de
ausencia total, entre los cuales media vastísima serie o gradación de
intensidades, de donde se sigue que no puede existir ni ser concebido un valor
sin que se dé y se nos represente su carencia y oposición y que la cultura
tanto consta del aspecto positivo de los valores como de su negación. Y cuanto más desarrollada, compleja y rica sea
una cultura, mayor y más vario será el número de objetos que valora y preserva,
con la correspondiente mayor cantidad y diversidad de menoscabos, y, en
concreto, de conductas delictivas, posibles”.
(Del Prólogo de “Función y aplicación de la pena”, 1993).