Aprobamos
que la ciudadanía mande
(y
no para que otros decidan)
TEMAS
CONSTITUCIONALES.
CONTRA
LA POLÍTICA ECONÓMICA NEOCONSERVADORA, ADECUADA A UNA MINORÍA, QUE
DETERMINA ÁMBITOS ESENCIALES DE LA VIDA SOCIAL.
1. OCASIÓN DE CAMBIO
IMPULSADO POR EL PUEBLO DE CHILE Y SUS MOVILIZACIONES.
El plebiscito de este 25 de
octubre, como oportunidad de avance en cambios democratizadores del
Estado y la sociedad chilena, es fruto del estallido popular y su
justificada indignación.
Su amañe o manipulación por
la cúpula dirigente (y sus intelectuales), mediante el pacto
de noviembre de 2019 y las posteriores leyes que le han regulado,
conceden a una minoría el poder de veto. No
podía esperarse otra conducta de aquellos que tienen mucho que
perder: ¿acaso se cree que aceptarían “suicidarse”
como sector favorecido o privilegiado?
Sin embargo, ello no nos
inhibe de participar, conscientes de que las condiciones para el
cambio son variables, que se crean día a día, que el presente y el
futuro no están escritos, tal como no lo estaba la revuelta popular
manifestada desde octubre del pasado año.
2. TEMA CLAVE ES LA
POLÍTICA ECONÓMICA, QUE REPERCUTE EN VARIADOS ÁMBITOS ESTATALES Y
SOCIALES.
La democratización de Chile
pasa por abordar el cambio de la imperante política económica, el
derecho de propiedad y el rol del Estado, abordando normas y órganos
constitucionalmente establecidos -como gendarmes- para su custodia
(entre ellos el Banco Central). Política económica ligada, ya desde
la dictadura, a una concepción ideológica que, verdaderamente,
ubica a los habitantes como utensilios o medios para la explotación
y el lucro ajeno, en vez de entenderse y tratarse como titulares de
dignidad y ciudadanía. Órganos cuyo rol e integración se exhiben,
falazmente, como técnicos, neutros o independientes,
pero que, en la realidad, están encadenados a intereses de grupos
empresariales y encauzados en beneficio de éstos.
El desajuste valorativo
estatal, impregnado por el poder económico-político (y el militar),
causa y efecto -a la vez- de dicha política económica al servicio
de una minoría, se constata en ámbitos esenciales abordados de tal
modo a nivel constitucional que, a nivel legal ha permitido vicios y
desajustes en áreas
tales como
la laboral, previsional,
educacional y sanitaria...; y también la procesal, al someter al
procedimiento como vehículo para “hacer funcionar”
aquélla (reveladora es la confesión albergada en la Exposición de
Motivos o Mensaje del Código procesal penal).
3. EL VERDADERO CAMBIO NO
PROVENDRÁ DE AQUELLOS QUE GENERARON LA CRISIS.
Ya
en instancia constituyente, el auténtico cambio no será
impulsado de quienes prometen mutaciones de forma pero cuya conducta
ligada a los responsables de la crisis hace divisar continuidad de
fondo, articulando sus discursos según a ellos les convenga en cada
momento. No puede esperarse cambio real de aquellos que, con su
activa y premiada colaboración con los gobiernos concertacionistas
(menos aun de la derecha confesada), sustentaron y aplicaron el
régimen de discriminación económicosocial, y que mantiene al
Estado para el servicio de unos pocos.
4.
CUESTIONABLE PRISIÓN.
Numerosas
personas que
promovieron o participaron de la movilización nacional que ha
repercutido en los pasos que hoy se viven, aún permanecen bajo
prisión, concedida judicialmente por requerimiento del Ministerio
Público, entidad que para otras acciones de igual o mayor gravedad
transa -beneficiando a los hechores- operando mecanismos de justicia
clasista anidados en el Código procesal penal. Debe considerarse que
se imputan hechos que abordan fuerza en las cosas pero no violencia
en las personas.
También
debe recordarse la posición esclarecedora que sobre actividades
semejantes plantearon Manuel de Rivacoba y Eduardo Novoa Monreal.
Jiménez de Asúa anotó:
¿cómo es posible que actos que la sociedad loa sean condenados en
nombre de esa misma sociedad?