RIVACOBA Y EL LIBERALISMO ECONÓMICO. EL AUTODENOMINADO PARTIDO "LIBERAL” DE CHILE

Manuel de Rivacoba abordó el liberalismo económico y sus consecuencias: “desprestigiado definitivamente… tanto, que en su reviviscencia actual oculta rostro y nombre”, enmascarando su afán insaciable de explotación de los humanos bajo la ambigua expresión de economía social de mercado, y compensando la limitación o el disimulo con que ha de ejercer esa explotación sobre los propios con su extensión inmisericorde a las ingentes masas que se denominan con los apelativos del subdesarrollo o el tercer mundo, que malencubren una mentalidad, peor que racista, de total negación y menosprecio de su calidad o entidad humana. Sistema en que el individuo es un instrumento, entre tantos, para fines de índole económica.

En él, la actividad económica es la actividad por excelencia, a cuyas necesidades o conveniencias se someten los hombres.  

Para este régimen, lo libre no es el individuo sino la economía, y para su desarrollo, para su engrandecimiento, para su plenitud, igual que utiliza los objetos y las fuerzas de la naturaleza lo hace también con el hombre. Por ende, no puede sorprender que, en el libre juego de los intereses económicos, éstos, no sólo sacrifiquen las energías humanas que el trabajo representa, sino que, en algunas ocasiones, acaben sacrificando también las personas y hasta los intereses más caros y los anhelos más puros de quienes dirigen el mundo y la actividad económica e incluso los de sus propios beneficiarios; substantivada ésta e instrumentalizado el hombre, desconocida su dignidad y reducido a mera cosa, natural es que así sea 1.

Aunque en Chile partidos políticos con tal denominación tuvieron vida y trascendencia política en el siglo XIX y parte del XX, la organización actualmente así llamada posee reciente constitución orgánica y restringida cobertura electoral. En su inicio se le divisó alguna actitud crítica hacia el régimen económico neoliberal cuya médula es el lucro de unos a costa de otros, esencia contraria al acercamiento -y menos aun la concreción- de la idea de respeto tanto de la dignidad humana (fin en sí y no instrumento del interés y lucro ajeno) como de la libertad en cuanto verdadera capacidad de autodeterminación; o, en palabras básicas pero aun más claras: poseer vida propia, poder ser dueños de nuestras propias vidas, requisito esencial para una auténtica convivencia colectiva toda vez que para convivir es preciso vivir, según nos recordó el propio Manuel, allá por 1991.

No obstante, en el último tiempo la orientación de dicho partido asienta o afirma el mencionado sistema, camino político manifestado inequívocamente en su conducta legislativa. Su comportamiento reciente: o abstenerse en vez de rechazar, o aprobar proyectos del gobierno Piñera que desvirtúan el Derecho del Trabajo y acentúan el predominio de la parte empresarial respecto de la parte trabajadora, sometiendo -y precarizando- aun más a la persona de trabajador y trabajadora como utensilios para el lucro ajeno y no como sujetos de dignidad, titulares de sus vidas, fines en sí.

Botón de muestra, el diciembre de 2020 en la Cámara de Diputados se efectuaron votaciones de un variado proyecto del gobierno Piñera que, alegando hipócritamente “modernizar” la Dirección del Trabajo, en verdad le desvirtúa o resta fuerza, entre múltiples vías al encadenar la designación de su director a otros órganos (ir a votación específica). Y que empeora la regulación legal del fraude patronal conocido como "multirut" al permitir a la parte empresarial ya condenada eliminar judicialmente el precedente (ir a votación específica).

En ambas decisiones legislativas sus dos diputados, Bernales y su líder partidario Mirosevic, no votaron en contra sino se abstuvieron.

En un tercer tema, Bernales también se abstuvo pero Mirosevic derechamente votó aprobando junto al bloque Piñerista de gobierno (de confesado nexo con el capital y el dinero a costa de la explotación ajena), la instalación de mecanismos cuya regulación se orienta a desmontar la movilización de trabajadores en función de sus derechos (ir a votación específica).

Lo anterior, en beneficio de la parte más poderosa de la -de por si- ya desajustada relación jurídicolaboral.

En la realidad de la función normativa chilena, en el comportamiento de sus partícipes, este es el partido liberal.

Las recientes votaciones que enlazamos son ilustrativas en cuanto la materia que en esa instancia parlamentaria abordaron, esencial en la relación del trabajo dependiente de unos a otros, y en mecanismos de respeto a derechos esenciales dentro de tal vínculo.

Reseñamos el caso del partido liberal porque sus imágenes de relativa juventud y de promoción libertaria resultan engañosas si se cotejan con su concreta conducta.

Ello no significa sanear la imagen de otras cúpulas partidarias y parlamentarios, cuyo comportamiento hemos abordado no pocas veces en estas páginas: su presente redireccionamiento conductual -verificable en las votaciones arriba enlazadas- no logra ocultar sus cuatro años de total obsecuencia al gobierno Bachelet vulnerando gravemente derechos del propio sector social que confía en ellos (la retrógrada reforma laboral 2016, ley 20.940, fue aprobada con sus votos).

Constituyendo el ámbito laboral fiel espejo de las concepciones económicas y del respeto -o desdén- hacia la persona en su rol de trabajador que cada organización política posee, las señaladas votaciones han exhibido o revelado sus actuales conceptos y directrices.

Y de tales conceptos y directrices no pueden sustraerse, separarse o desentenderse quienes buscan o aceptan su amparo electoral.

Por lo demás, si en los últimos 30 años los intereses económicos del empresariado y del capital han direccionado la conducta de actores públicos para que entreguen barniz legal y legitimen en diversas áreas (incluida la académica y educacional) su régimen de explotación, ¿puede esperarse una conducta distinta de esas mismas personas, o de sus patrocinados, ahora, en 2021, en roles constituyentes?

 

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1 Manuel DE RIVACOBA, Discurso de ingreso en la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. En Bilbao (España), el 11 de mayo de 1989. Editado en Córdoba, 1990, págs. 10, 12 y 13.