"No en nombre de Allende ni del Socialismo" (el golpismo en
Venezuela y sus partidarios chilenos).
Escribe
Pablo Sepúlveda Allende, médico, nieto del Presidente Salvador Allende. Caracas, 19 de septiembre del 2015
Inaceptables y dolorosas son las
declaraciones de la Presidenta del Partido Socialista de Chile en contra de la
condena de Leopoldo López, dirigente opositor declarado culpable por incitación
a la violencia y otros delitos enmarcados en un plan declaradamente sedicioso
llamado “La Salida” (*) que condujo a una fuerte ola de violencia callejera de
tendencia fascista que duró varios meses y que costó la vida de 43 seres
humanos además de millonarias pérdidas materiales.
Declaraciones tan desafortunadas
como desinformadas en que la senadora, hija de Salvador Allende dice: “no logro
entender que un opositor que haga una acción que no tiene ninguna violencia,
que manifiesta su opinión crítica a un gobierno pueda ser encarcelado".
¿Cómo leer, como entender dichas afirmaciones teniendo en cuenta la historia
reciente de Chile, su historia personal y nuestra propia historia familiar?
Historia que fue marcada justamente por este tipo de violencia desenfrenada y
llena de odio.
El condenado dirigente político
Leopoldo López hizo un llamado abierto y público, claramente dirigido a la
insurrección, “al alzamiento”, a “permanecer en las calles hasta lograr la
salida del gobierno”, “hasta que logremos sacar a quienes nos están
gobernando”; que como decíamos condujo a unos meses de violencia política que
buscaba el derrocamiento de un gobierno legítimo y con gran apoyo ciudadano
¿Como decir entonces que la acción premeditada del sedicioso plan “La Salida”
es “una acción que no tiene ninguna violencia”, que solo “manifiesta su opinión
crítica a un gobierno”?
Peor aún ¿cómo calificar a López
de “preso de conciencia” cuando además de lo referido fue uno de los
protagonistas más visibles y violentos de la represión del régimen golpista que
derrocó por 48 horas a Hugo Chávez el año 2002?
¿Por qué hacer semejantes y
desafortunadas declaraciones, tan reduccionistas, tan desinformadas, tan doble
estándar “a nombre personal” y “como Presidenta del Partido Socialista de
Chile”?, sabiendo perfectamente que la que habla es la hija de Salvador
Allende.
¿Porqué hablar de Leopoldo López
y callar sobre las múltiples crímenes y atrocidades que se cometen a diario en
nombre de la supuesta lucha antiterrorista, la democracia y la libertad?
Creo que hay respuestas más de
fondo y que tienen que ver con lo ideológico, sobre conceptos sobre el
Socialismo y el Neoliberalismo, etc.
Pero en este caso, sobre todo se
evidencia un doble estándar cuando se habla de Democracia y Derechos Humanos,
cuando hay una valoración y un juicio condenatorio a priori al hablar de estos
temas en los casos de Venezuela y Cuba, y cuando por otro lado no se dice nada,
no se señala, no se condenan por ejemplo, los crímenes de lesa humanidad
cometidos por el Estado de Israel contra el Pueblo Palestino, las fosas comunes
del Uribismo en Colombia, las
torturas en la cárcel de Guantánamo, la terrible desaparición de 43 estudiantes
normalistas en México hace un año.
¿Por qué el silencio ante los
Presos Políticos Mapuche, el asedio y represión brutal a las Comunidades
Mapuche por parte del gobierno que representa? ¿O simplemente las guerras
genocidas promovidas y auspiciadas por el gobierno de los EEUU en el mundo? Ahí
no hay denuncias, solo hay silencio.
Por otro lado está lo pragmático
de la política, el desviar la atención de los problemas internos; cuando el
gobierno de Chile está pasando sus peores momentos en términos de legitimidad
ante la ciudadanía, cuando la clase política está valorada de forma tan
negativa, cuando los escándalos de la corrupción estructural de la política en
Chile (si, de ese Chile supuestamente tan incorruptible) salen a la luz.
La llamamos corrupción
estructural e inmoral (y de cierta forma hasta “legalizada” en la actual
Constitución heredada de Pinochet), porque ahora se sabe hasta qué niveles se
ha prostituido la política ante el poder económico de las grandes empresas, de
las familias más poderosas, de las grandes fortunas económicas que financian las
campañas de los políticos en todos los niveles y en casi todos los sectores y
casi a todos los partidos políticos.
Pero lo peor y más inmoral, es
cuando empresas expoliadas y enajenadas al Estado chileno durante la dictadura
pinochetista, empresas estratégicas que fueron entregadas, por ejemplo al
entonces yerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou, y quien a través de la
empresa Sociedad Química Minera de Chile (SOQUIMICH) aparece entregando
millonarias sumas de dinero a campañas de políticos de los partidos del actual
gobierno, incluyendo gente del Partido Socialista, el mismo partido que fundara
Salvador Allende, gente como el senador Fulvio Rossi (que incluso se entrevistó
con Enrique Capriles en su última visita a Chile), y quien ha sido llamado a
declarar por boletas facturadas a la empresa controlada por el ex yerno de
Augusto Pinochet.
Asimismo con Milton Lee Guerrero,
ex tesorero del Partido Socialista.
Por otro lado está gente como
Enrique Correa, importante dirigente político durante el Gobierno de la Unidad
Popular y que ahora es notorio lobbysta de la Consultora Imaginación que le ha
hecho asesorías a SOQUIMICH, al grupo Penta y al grupo Luksic, todos grupos
económicos financistas de la política chilena y que además en absoluta
incoherencia ideológica y ética, es Vice-Presidente de la Fundación Salvador
Allende…
Por último, no se puede dejar de
comentar sobre las declaraciones de Felipe González, para quien “Pinochet
respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro”. Opiniones como estas son
un real insulto a los derechos humanos y a la historia, un insulto a las
millones de víctimas de las dictaduras latinoamericanas.
Estas declaraciones se enmarcan
en la misma campaña internacional contra Venezuela, de la cual
desafortunadamente se ha hecho eco la senadora Isabel Allende.
Esto no es casualidad, porque el
señor Felipe González y el PSOE son el referente ideológico del Partido
Socialista de Chile de pos-dictadura. Cabe preguntarle a la dirección del
Partido Socialista de Chile, que sufrió en carne propia los horrores y las
atrocidades de la dictadura pinochetista, si está de acuerdo con que semejante
camaleón político, que con estas declaraciones mostró sin vergüenza su falta total
de ética, siga siendo su mentor político.
Pablo Sepúlveda Allende.
(*) El plan ‘La Salida’ derivo
directamente en las protestas violentas, las llamadas “guarimbas”, que azotaron varias ciudades de Venezuela durante más
de dos meses donde el odio político se apoderó de sectores importantes de la
oposición; sólo con mencionar que en muchos sectores sociales donde se
realizaban las guarimbas, en postes y
semáforos se colgaban del cuello a muñecos vestidos de rojo, en alusión a los
simpatizantes del chavismo; también hubo mucho hostigamiento y amenaza a las
familias que reconocían como simpatizantes del gobierno en los sectores donde
predomina la oposición, por lo demás sectores siempre de clase media alta o
alta.