“LA ETERNIZACIÓN DE
LO ARBITRARIO.
Este libro, en el
que he podido precisar, apuntalar y corregir mis análisis anteriores sobre el
mismo asunto apoyándome en los numerosísimos trabajos dedicados a las
relaciones entre los sexos, pone en cuestión explícitamente el tema, obsesivamente evocado por la mayoría de
los analistas (y de mis críticas), de la permanencia o del cambio (realizados o
deseados) del orden sexual. Es, en efecto, la introducción y la imposición de
esta alternativa ingenua e ingenuamente normativa lo que conduce a percibir, contrariamente
a cualquier evidencia, la verificación de la constancia relativa de las
estructuras sexuales y de los esquemas a través de los cuales son entendidas
como una manera condenable e inmediatamente condenada; falsa e inmediatamente
refutada (al recordar todas las transformaciones de la situación de las
mujeres), de negar y de condenar los cambios de esta situación…”.