FOUCAULT y
SARTRE en actividades que les reunieron en la calle; si no nos equivocamos, las
fotos fueron tomadas en días distintos del año 1973, en París y frente a las
fábricas de la empresa Renault, de Billancourt, luego del asesinato del
militante Pierre Overney.
Semejantemente
a RIVACOBA, ambos intelectuales entendieron que la misión intelectual exige
encarnarse –riesgo incluido- en las luchas sociales de su tiempo.
Según señala
Didier ERIBON, “de esos viajes ‘cara a cara’, como dice Daniel Defert,
regresaba ‘emocionado, lleno de afecto y de estima” [Michel Foucault y
sus contemporáneos, traducción de Viviana Ackerman, Nueva Visión, Buenos
Aires, 1995, pág. 176].
A poco de su partida física, Doctrina penal publicó un preciso artículo, en forma de nota
necrológica, fruto de Enrique Eduardo Marí. La ubicación brindada a la
despedida (primeras páginas de la edición número 27 de dicha revista) señala la
valoración hacia Foucault; independientemente de que enfoques o
interpretaciones del intelectual francés no ajustaran plenamente con los de la
publicación anfitriona, ambas partes compartieron finalidades esenciales:
parafraseando a Marí, promover, producir y sembrar barreras de ideas contra
todo lo que mutila la vida...